Hepatitis tóxica

La hepatitis tóxica es una inflamación del hígado como reacción a ciertas sustancias, como alcohol, fármacos o suplementos nutricionales.
A veces se desarrolla a las pocas horas o días de la exposición a una toxina, pero también pueden pasar meses de consumo regular antes de que se noten los efectos.
Los síntomas suelen desaparecer cuando cesa la exposición al compuesto nocivo, si bien puede haber daños permanentes, como una cicatrización del tejido hepático (cirrosis) y, en algunos casos, insuficiencia hepática, que puede ser mortal.

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Causas

Normalmente, el hígado elimina y descompone la mayoría de los fármacos y sustancias químicas del torrente sanguíneo. Los subproductos resultantes pueden dañarlo, a veces, de modo irreversible, aun siendo el hígado muy capaz de regenerarse.

La hepatitis tóxica puede estar causada por:

  • El alcohol. Un consumo excesivo puede provocar una hepatitis alcohólica, que puede conducir a una insuficiencia hepática.
    Analgésicos sin receta. Los calmantes como el paracetamol, la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno pueden dañar el hígado, sobre todo si se toman con frecuencia o combinados con alcohol.
    Medicamentos con receta. Algunos fármacos relacionados con lesiones hepáticas graves son las estatinas para el colesterol alto, el fármaco combinado amoxicilina-clavulánico, la fenitoína, la azatioprina, la niacina, el ketoconazol, ciertos antivirales y los esteroides anabolizantes. Hay muchos otros, esta no es una lista exhaustiva, solo informativa.
  • Suplementos. Algunas hierbas peligrosas para el hígado son el aloe vera, el cohosh negro, la cáscara sagrada, el chaparral, la consuelda, la kava y la efedra. Existen muchas otras, sirva lo dicho en el apartado anterior.
    Productos químicos industriales. Las sustancias a las que uno puede estar expuesto son capaces de causar daño hepático. Entre las más comunes se encuentran el disolvente de limpieza en seco tetracloruro de carbono, el cloruro de vinilo (utilizado para fabricar plásticos), el herbicida paraquat, así como la familia de los bifenilos policlorados.

Factores de riesgo

Las siguientes circunstancias pueden aumentar el riesgo de hepatitis tóxica:

  • Tomar analgésicos de venta libre, ciertos medicamentos con receta, o algunos suplementos a base de plantas; sobre todo, si se toman varios fármacos, a mayor dosis de la recomendada, o con alcohol.
  • Padecer una enfermedad hepática. Tener cirrosis o hígado graso no alcohólico lo vuelve a uno más susceptible a los efectos de las toxinas. Por su parte, una infección crónica por un virus de la hepatitis (B, C o alguno de los otros virus de la hepatitis -extremadamente raros- que pueden persistir en el organismo) hace que el hígado sea más vulnerable.
  • Envejecimiento. Con la edad, el hígado tarda más en descomponer las sustancias nocivas, lo que implica que estas y sus subproductos se quedan más tiempo en el cuerpo.
  • Ser mujer. Dado que ellas parecen metabolizar ciertas toxinas más lentamente que los hombres, están expuestas durante más tiempo; lo que incrementa el riesgo de hepatitis tóxica.
  • Tener ciertas mutaciones genéticas que afectan a la producción y acción de las enzimas hepáticas que descomponen las toxinas puede hacerlo a uno más sensible a la hepatitis tóxica. Y por último,
  • Estar expuestos a toxinas industriales.

Prevención

Dado que no es posible saber cómo se reaccionará a un medicamento concreto, la hepatitis tóxica no siempre puede prevenirse. Pero se pueden reducir los riesgos si:

  • Se limitan los medicamentos. Se deben tomar solo cuando sea absolutamente necesario y a la mínima dosis terapéutica. Merece la pena informarse sobre opciones no farmacológicas para problemas comunes como la hipertensión, el colesterol alto y el dolor de la artritis.
    Seguir al pie de la letra las instrucciones de cualquier fármaco que se tome. Conviene ceñirse a la dosis recomendada aunque los síntomas no parezcan mejorar. Dado que los efectos de los analgésicos de venta sin receta a veces desaparecen rápidamente, es fácil tomar demasiados.
  • Cuidado con las hierbas y los suplementos. No debe darse por sentado que un producto por ser natural es inocuo. Conviene hablar de los beneficios y riesgos con el médico antes de tomar estos remedios. Dejo un enlace, en inglés, donde se pueden buscar medicamentos y suplementos para ver si están relacionados con daños hepáticos.
  • Insistimos una vez más: el alcohol y los medicamentos son una mala combinación.
  • Si se está expuesto a productos químicos peligrosos, hay que reducir la exposición tanto como razonablemente sea posible. Y en caso de accidente, conviene pedir ayuda a emergencias o al servicio de información toxicológica, según sea el caso. Doy los datos un poco más adelante.

Síntomas

Las formas leves de hepatitis tóxica pueden ser asintomáticas y detectarse solo mediante análisis de sangre. De haber signos (que son indicios medibles de una enfermedad), o síntomas (manifestaciones subjetivas de una dolencia), estos pueden ser:

  • Coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos (ictericia)
  • Picor
  • Dolor abdominal en la parte superior derecha del abdomen
  • Fatiga
  • Pérdida de apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Erupción cutánea
  • Fiebre
  • Pérdida de peso
  • Orina oscura o de color té

Cuándo acudir al médico

Hay que acudir al médico cuanto antes si se tiene algún signo o síntoma preocupante.
Las sobredosis de algunos medicamentos, como el paracetamol , pueden provocar insuficiencia hepática. Hay que estar atentos a las siguientes señales:

  • Pérdida de apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Dolor abdominal superior. E incluso
  • Coma
  • Si se tiene certeza de que ha habido una sobredosis de paracetamol, hay que llamar de inmediato a emergencias (el 112, en España). No hay que esperar a que aparezcan los síntomas: una sobredosis de este fármaco puede ser mortal, pero puede tratarse con éxito si se atiende pronto. Para los restantes casos, puede ser útil el teléfono del Servicio de Información Toxicológica (SIT, 915620420). Y si no se trata de una emergencia, este es el correo electrónico: intcf.sit@justicia.es

Complicaciones

La inflamación asociada a la hepatitis tóxica puede provocar daños y cicatrices en el hígado. Con el tiempo, esta cicatrización, llamada cirrosis, dificulta la función del hígado, lo que lleva a la insuficiencia hepática. El único tratamiento para la insuficiencia hepática crónica consiste en un trasplante de hígado.

Espero que no sea el caso, pero de cualquier modo, que vaya muy bien. ¡Muchas gracias! ¿Te animas a comentar, compartir o suscribirte?

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