La neumonía es una infección pulmonar que puede manifestarse con tos, fiebre y dificultad para respirar. Suele desaparecer en pocas semanas con tratamiento, normalmente en casa. Pero algunas personas, como las mayores y los bebés, pueden necesitar hospitalización.
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¿Cuál es su causa?
Casi siempre son gérmenes, ya sean bacterias o virus, los que causan la neumonía. Se puede contraer:
Al respirar partículas de aire infectadas.
Al respirar determinadas bacterias procedentes de la nariz y la garganta, durante o después de una infección de las vías respiratorias altas, como un resfriado o gripe.
Como complicación de una enfermedad vírica, como el sarampión o la varicela.
Si a los pulmones llegan ciertas cantidades de alimentos, jugos gástricos o vómitos. (Esto se denomina neumonía por aspiración).
¿Qué aumenta el riesgo de tener neumonía?
Fumar.
Padecer otra enfermedad, especialmente enfermedades pulmonares como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el asma. Pero también tener una cardiopatía, un cáncer o diabetes.
Tener menos de 1 año, o más de 65.
Tener el sistema inmunitario debilitado.
Abusar del alcohol.
Haber tenido recientemente COVID-19, un resfriado o una gripe.
¿Qué aumenta el riesgo de tener complicaciones de la neumonía?
Es más probable que una neumonía se complique, y haya que ir al hospital si:
Se es mayor de 65 años.
Se tiene alguna otra enfermedad (como EPOC, diabetes o asma), o se ha ido al hospital por un problema médico en los últimos 3 meses.
El bazo está extirpado o no es funcional (como en el caso de la anemia falciforme).
Se tiene un problema de consumo de alcohol.
Se tiene un sistema inmunitario débil.
Se vive en una residencia de mayores.
Prevención
Vacunarse contra la COVID-19, el neumococo y la gripe puede ayudar. Evitar contagiarse de COVID-19, gripe o resfriado, en la medida de lo posible, también reduce la probabilidades de contraer neumonía. Ojo, como dijimos, haber padecido alguna de estas enfermedades aumenta el riesgo de contraer neumonía. Por último, no está demás lavarse las manos a menudo para evitar la propagación de gérmenes que pueden causar neumonía.
¿Qué ocurre?
Tras una infección por neumonía, los síntomas suelen aparecer en unos pocos días o, a veces, en más de una semana. La infección puede desarrollarse en los pulmones y causar dificultad para respirar, tos y fiebre.
La gravedad y la duración de la neumonía dependen de muchos factores. Entre ellos están la edad, el tipo de neumonía (bacteriana o vírica) y el estado general de salud.
En las personas sanas, la neumonía puede ser una enfermedad leve que apenas se nota y desaparece en 2 o 3 semanas. En los adultos mayores y en las personas con otros problemas de salud, la recuperación puede llevar de 6 a 8 semanas o más.
Si la neumonía es grave, es posible que haya que ir al hospital.
¿Cuáles son los síntomas?
Tos. Es posible que se expulse mucosidad de los pulmones, que puede ser rojiza, verde o teñida de sangre.
Fiebre, escalofríos y sudoración.
Respiración acelerada y sensación de falta de aire.
Dolor torácico que suele empeorar al toser o inspirar.
Latidos cardíacos acelerados.
Sensación de mucho cansancio o debilidad.
Los adultos mayores pueden tener síntomas diferentes, menos o más leves. Puede que no tengan fiebre. O pueden tener tos improductiva. El principal signo de neumonía en las personas mayores puede ser un cambio en su capacidad de pensar (confusión o delirio). O, si ya padecen una enfermedad pulmonar, ésta puede empeorar.
Los síntomas causados por virus son los mismos que los causados por bacterias.
¿Cuándo llamar?
Hay que llamar a urgencias si:
Se tiene un dolor en el pecho que oprime o aprieta, que es cada vez más intenso o que se presenta con cualquier otro síntoma de infarto de miocardio.
Se tienen tantos problemas para respirar que se teme que fallen las fuerzas o la capacidad para seguir respirando.
Se tosen grandes cantidades de sangre.
Se siente que se puede uno desmayar al sentarse o levantarse.
Hay que llamar al médico cuanto antes si se tiene
Tos con mucosidad pulmonar teñida de sangre o de color rojizo.
Fiebre con escalofríos.
Respiración difícil, superficial y rápida con falta de aire o sibilancias.
Hay que llamar al médico si la tos
Va acompañada de fiebre y mucosidad amarilla o verde de los pulmones y dura más de 2 días. No conviene confundir la mucosidad de los pulmones con la que baja por la parte posterior de la garganta desde las fosas nasales (goteo postnasal). Éste no es preocupante.
Va acompañada de muchos vómitos.
Dura más de 4 semanas.
Espera vigilante
Consiste en esperar a ver qué pasa. Si hay mejoría espontánea, no se requerirá tratamiento. Si empeora, habrá que decidir junto con el médico qué hacer al respecto.
El tratamiento domiciliario puede ser adecuado si
Se tienen síntomas leves de resfriado o gripe (congestión nasal, dolor de cabeza o de cuerpo leve, y fiebre leve).
Se expulsa mucosidad por la parte posterior de la garganta desde las fosas nasales (goteo postnasal). Pero una tos en la que la mucosidad procede con seguridad de los pulmones y no de las fosas nasales es un problema más grave, y hay que ponerse en contacto con el médico.
¿Cómo se diagnostica?
El médico preguntará por los síntomas y hará una exploración física. Es posible que pida una radiografía de tórax y análisis de sangre. Esto suele ser suficiente, pero a veces se requieren más pruebas si los síntomas son graves o se tienen otros problemas de salud.
¿Cómo se trata la neumonía?
La neumonía causada por bacterias se trata con antibióticos. Casi siempre la curan. Eso sí, hay que asegurarse de tomar los antibióticos exactamente como se haya indicado. En particular, se debe terminar el tratamiento, y no dejarlo al mejorar.
El reposo, los líquidos y los medicamentos para bajar la fiebre pueden ayudarle a sentirse mejor. Si los síntomas son graves o se tiene un sistema inmunitario débil, puede necesitarse atención hospitalaria.
Si la neumonía está causada por un virus, los antibióticos no ayudan.
Autocuidados
El tratamiento domiciliario es importante para recuperarse de una neumonía y evitar complicaciones. A ello contribuye:
Descansar mucho.
v>Hidratarse bien. Y
Tratar la tos si dificulta el descanso.
La tos es una de las formas que tiene el cuerpo de deshacerse de la infección. No se debe intentar detener la tos a menos que sea lo bastante intensa como para dificultar la respiración, provocar vómitos o impedir el descanso.
Hay que considerar la posibilidad de tomar paracetamol o aspirina para reducir el dolor y la fiebre. No se debe dar aspirina a menores de 20 años, por el riesgo de síndrome de Reye; hay que tener cuidado con los medicamentos, y seguir todas las instrucciones de la etiqueta. En cualquier caso, hay que respetar las dosis en función de la edad y el peso.
Hay que comprobar siempre si los medicamentos sin receta para la tos o el resfriado que se toman contienen paracetamol, para no superar la dosis diaria recomendada de este compuesto.
Es posible que el médico quiera ver cómo va el tratamiento después de una semana. Por lo demás, hay que evitar contagiar a otras personas: Al toser o estornudar, la neumonía se transmite a otros a través de partículas de aire infectadas. El tiempo de contagio depende de la causa de la neumonía y de si se está tratando. Puede contagiarse durante varios días o una semana. Si la causa es bacteriana, y se trata con antibióticos, normalmente no se podrá contagiar la infección tras un día de tratamiento.
También se debe llamar al médico si se tiene un nuevo dolor torácico (algo más que molestias al toser) que empeora al respirar profundamente, o se tienen otros síntomas de neumonía, como falta de aire, tos y fiebre.
Nada más por hoy, tan sólo deseo que vaya muy bien. ¡Muchas gracias!
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